Más de 200 kilómetros que parecían eternos. La pala se usó más que nunca, y el calor también hizo lo suyo.
El calor, y la primera zona de dunas, se encargaron de hacer trabajar más de la cuenta
al matrimonio, que cada vez más recuperan tiempo, no sin antes estar metido en
dificultades.
Es que así es un Dakar. Para entenderlo, hay que vivirlo. Es una competencia que va
más allá de lo que se ve en televisión o lo que puede pensar uno al ver autos corriendo.
Pasada la primera etapa, sobretodo para los debutantes, se convierte en un reto personal, en donde el único objetivo es llegar a la meta final, en este caso, el Palacio de La Moneda, el 20 de enero.
En los primeros 70 kilómetros, Mas y Pizarro se quedaron atascados más de alguna vez, pero también se dieron el tiempo de ayudar a otros que estaban complicados.
La solidaridad dakariana es un valor intrínsico en quienes aman esta carrera, y desde un principio ellos lo han entendido así.
En cuánto a las posiciones, en todos los parciales del día, Mas fue mejorando, hasta finalizar en la posición 88º. Llegó a estar 119º.
Aprendiendo cada vez más.
En tanto, el peruano Ramón Ferreyros, sigue con su espectacular cometido en la otra camioneta del equipo Gildemeister-DMASOverdrive. Finalizó en la posición 29º, y sigue en carrera sin inconvenientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario