Hoy, entre Pisco y Pisco, la organización les dio a entender a los pilotos que no será un Dakar fácil. La “celebración” de 35 ediciones no será algo para olvidar
Daniel Mas semi-desmayado llegando al campamento de Pisco fue una escena que grafica claramente que este 35º Dakar no será como quitarle un dulce a un niño.
Sobre 30 grados de calor soportaron los pilotos en las difíciles dunas de Pisco, en 242 kilómetros de prueba especial. El primer apretón del Dakar.
El WayPoint 3 (WP3) fue algo casi digno de Los Tres Chiflados: autos buscando el WP ocupando todos los puntos cardinales. Unos para el norte, otros para el sur, todo, en un tramo de apenas 800 metros. Muy desconcertados. Y hasta los “grandes” también lo vivieron, como fue con Nasser Al- Attiyah y Carlos Sainz.
En tanto, Mas y Macarena Pizarro vivían su propia odisea: “en el kilómetro 120 quedamos sin frenos, y el resto de la especial no me quedó otra que ocupar el freno de mano” relató Daniel.
Un par de veces debieron salir atascados y en otra ayudaron a otro competidor con problemas. Entre suma y suma, completaron la especial con un considerable retraso, pero destacando lo más importante: llegar. Y no sólo a Pisco, sino que hay que llegar a
Santiago.
Con todos estos problemas, llegaron agotadísimos al bivouac. Uno que otro momento de emoción se vivió, pero la determinación sigue intacta: “no se les ocurra pensar que vamos a quedar fuera”, fueron las palabras de Macarena Pizarro al bajarse del auto, mientras Daniel era asistido para descender de él, episodio cerrado con un aplauso y arengas de todo el equipo.
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